(Actualizado el 31/7/07)
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por Molleen Matsumura & Louise Mead
Trad. Julian Giacobbe
- En 1968, en Epperson c/ Arkansas, la Corte Suprema de los Estados Unidos invalidó un acta que prohibía la enseñanza de la teoría de la evolución. La Corte Suprema decretó el acta inconstitucional basado en que la primera enmienda a la Constitución de los Estados Unidos no permite que un estado requiera que la enseñanza y el aprendizaje deban adaptarse a los principios o prohibiciones particulares de alguna secta o doctrina religiosa. (Epperson c/ Arkansas (1968) 393 U.S. 97, 37 U.S. Law Week 4017, 89 S. Ct. 266, 21 L. Ed 228)
- En 1981, en Segraves c/ el Estado de California, la Corte Suprema consideró que el plan de trabajo de la Junta de Educación de California, tal y como había sido redactado y calificado por sus políticas anti-dogmáticas, le daba la suficiente libertad al punto de vista de Segraves, contrariamente a su afirmación de que sus hijos eran privados de la libre práctica de su religión debido al aprendizaje de la teoría de la evolución en clase. Las reglas anti-dogmáticas establecían que las charlas en el aula acerca del origen humano debían enfatizar que las explicaciones científicas se enfocan en el “cómo” y no en la “causa final”, y que cualquier declaración especulativa acerca del origen, tanto en textos como en el aula, debía de ser presentada condicionalmente, y no de manera dogmática. Además, la decisión de la corte le indicó a la Junta de Educación que debía diseminar estas reglas, las cuales, en 1989, fueron expandidas para comprender todas las áreas de ciencia, no solamente aquellas relacionadas a la teoría de la evolución. (Segraves c/ California (1981) Sacramento Superior Court #278978).
- En 1982, en McLean c/ la Junta de Educación de Arkansas, una corte federal decidió que un estatuto sobre “tratamiento balanceado” violaba la cláusula de establecimiento de la Constitución de los Estados Unidos. El estatuto de Arkansas obligaba a escuelas públicas a tratar a la “ciencia de la creación” y a la “ciencia de la evolución” de manera similar. Sin embargo, en una decisión que culminó en una definición detallada del término “ciencia”, la corte declaró que la “ciencia de la creación” no es en realidad una ciencia. La corte también sostuvo que el estatuto carecía de cualquier motivo secular, al notar que usaba un lenguaje propio a la literatura creacionista. La teoría de la evolución no presupone ni la ausencia ni la presencia de un ente creador. (McLean c/ Junta de Educación de Arkansas (1982) 529 F. Supp. 1255, 50 U.S. Law Week 2412).
- En 1987, en Edwards c/ Aguillard, la Corte Suprema de los Estados Unidos calificó de inconstitucional al “Acta de Creacionismo” de Louisiana. Este estatuto prohibía la enseñanza de la teoría de la evolución en escuelas públicas, a menos que ésta vaya acompañada de material sobre “ciencia creacionista”. La corte determinó que, al dar preferencia a la creencia de que la humanidad fue creada por un ser sobrenatural, lo cual es comprendido en el término “ciencia creacionista”, el acta apoyaba la religión de manera inadmisible. Además, la corte decretó que la orden de enseñar la teoría de la evolución junto con ciencia creacionista impide la disposición de una educación científica apropiada para el aula. (Edwards c/ Aguillard (1987) 482 U.S. 578).
- En 1990, en Webster c/ el Distrito Escolar de New Lenox, el tribunal de apelaciones del séptimo circuito legal permitió que un distrito escolar le prohíba a un docente enseñar ciencia creacionista, cumpliendo con su responsabilidad de asegurar que la cláusula de establecimiento de religión en la primera enmienda de la constitución no se vea violada en el aula, y de que creencias religiosas no se mezclen en los planes de estudios en las escuelas públicas. La corte confirmó la determinación de un tribunal regional que dictaba que, al prohibirle a Webster enseñar “ciencia creacionista”, el distrito escolar no había violado su derecho a la libre expresión, ya que ésta era una forma de promoción religiosa. (Webster c/ el Distrito Escolar de New Lenox n° 122, 917 F. 2d 1004).
- En 1994, en Peloza c/ el Distrito Escolar de Capistrano, el tribunal de apelaciones del noveno circuito legal confirmó la decisión de un tribunal regional de que una escuela no violó el derecho de un docente a la libre expresión en la primera enmienda constitucional por el hecho de requerirle que enseñe la teoría de la evolución en clases de biología. La corte rechazó la definición del demandante del término “religión evolucionista”, y determinó que el distrito simplemente le había requerido que, como maestro de ciencias, enseñe una teoría científica durante la clase de biología. (John E. Peloza c/ Capistrano Unified School District, (1994) 37 F. 3rd 517).
- En 1997, en Freiler c/ la Junta de Educación Parroquial de Tangipahoa, la corte federal de los Estados Unidos en el distrito Este de Louisiana rechazó una regla que requería que los docentes lean en voz alta una declaración acerca de la cuestionable validez de la teoría de la evolución cuando sea que se la enseñe, para aparentemente promover “razonamiento crítico”. La corte–señalando que la regla llamaba la atención únicamente a la teoría de la evolución, que el único “concepto” del que los estudiantes no eran disuadidos era del “concepto bíblico de la creación”, y que la escuela de por sí fomentaba el razonamiento crítico de los estudiantes– escribió que “la junta educativa, al obligar la lectura de la declaración, avalaba religión al negar la teoría de la evolución de manera tal que daba a entender que la teoría de la evolución era un punto de vista religioso contrario a otros ideales religiosos.” Además de tratar con estas declaraciones, la decisión es notable por haber reconocido que otras propuestas de planes de estudios similares que incluían “diseño inteligente” son equivalentes a propuestas a enseñar “ciencia creacionista”. (Freiler c/ Junta de Educación de Tangipahoa, No. 94-3577 (E.D. La. Ago. 8, 1997). El 13 de agosto de 1999, el tribunal de apelaciones del quinto circuito legal confirmó la decisión; y el 19 de junio del 2000, la Corte Suprema rechazó la apelación de de la Junta de Educación, validando así la decisión del tribunal menor.
- En el año 2000, el juez Bernard E. Borene, de la corte regional del estado de MInnesota, descartó el caso de Rodney LeVake c/ el Distrito Escolar Independiente 656 y otros (“Orden concediendo la proposición del demandado para memorándum y juicio sumario”, expediente n° CX-99-793, corte regional del tercer circuito judicial regional del estado de Minnesota, 2000). El docente secundario Rodney LeVake apeló al juzgado por su derecho a enseñar “evidencia tanto a favor como en contra de la teoría de la evolución”. El distrito escolar, luego de examinar el contenido del material que éste estaba enseñando, concluyó que no concordaba con el plan de estudios, el cual requería que se enseñe la teoría de la evolución. Gracias a la gran cantidad de antecedentes legales que obligan a los docentes a adherirse al plan de estudios del distrito en el cual trabajan, el juez declaró que LeVake carecía del derecho de libre expresión para invalidar el plan de estudios su empleador, y declaró al distrito inocente del cargo de discriminación religiosa.
- En enero del 2005, en Selman y otros c/ el Distrito Escolar del Condado de Cobb y otros, el juez federal de los Estados Unidos Clarence Cooper determinó que la etiqueta de advertencia acerca de la teoría de la evolución que era requerida en los libros de texto escolares del condado de Cobb violaba la cláusula de establecimiento de la primera enmienda constitucional (Selman y otros c/ el Distrito Escolar del Condado de Cobb y la Junta de Educación del Condado de Cobb 390 F. Supp. 2d 1286, 1313 [s/fF. Ga. 2005]). La etiqueta contenía el texto “Este libro de texto contienen material acerca de la teoría de la evolución. Evolución es una teoría, y no un hecho comprobado acerca del origen de los seres vivientes. Este material debe ser estudiado con la mente abierta, debe ser analizado cuidadosamente, y debe ser considerado críticamente.” Gracias a la decisión de la corte, las etiquetas fueron eliminadas de todos los libros de texto del condado. Sin embargo, el distrito, reclamó en el tribunal del undécimo circuito judicial de apelaciones, y en mayo del 2006 el tribunal restituyó el caso a la corte regional para clarificar la evidencia del expediente. El 19 de diciembre del mismo año, la demanda llegó a un convenio: el distrito escolar del condado de Cobb acordó no rechazar ni denigrar la teoría de la evolución, ya sea de manera oral o escrita.
- El 20 de diciembre del 2005, en el caso de Kitzmiller y otros c/ Dover, el juez federal de la corte regional John E. Jones III le ordenó a la junta de Educación del área de Dover que se abstenga de imponer una ley sobre “diseño inteligente” en cualquier escuela dentro del distrito de Dover. Tal ley incluía una declaración en el plan de estudios de las ciencias que dictaba que “los estudiantes aprenderán acerca de los agujeros o problemas en la teoría de Darwin y otras teorías sobre evolución, incluyendo, pero no limitándose a, la teoría de diseño inteligente.” A los docentes también se les ordenaba anunciar en sus clases de biología que “diseño inteligente es una explicación del origen de la vida en la Tierra distinta al punto de vista de Darwin. El manual de referencia “Sobre pandas y personas” está disponible para todos los estudiantes, en caso de que quieran explorar este punto de vista en más detalle con el propósito de entender mejor qué es lo que constituye la teoría de diseño inteligente. Como con cualquier otra teoría, dichos estudiantes deben de mantener una mente abierta y libre de prejuicios.” En una decisión que abarcó 139 páginas, el juez Jones redactó que era “extremadamente claro que la regla de la junta de educación viola la cláusula de establecimiento”. Además, el juez determinó que “no puede separarse a la teoría de diseño inteligente de sus orígenes creacionistas y, por lo tanto, religiosos.” Finalmente, refiriéndose a la cuestión de si la teoría de diseño inteligente puede o no considerarse “científica”, el juez Jones declaró que dicha teoría “no es una ciencia y no puede ser juzgada como una teoría científica válida y aceptada, debido a que nunca ha sido publicada en periódicos científicos, nunca ha sido testeada o investigada, y no ha sido aceptada como tal por la comunidad científica.” Este fue el primer caso en donde se impugnó la validez constitucional de la instrucción de la “teoría de diseño inteligente” en el aula pública. (Tammy Kitzmiller y otros c/ Dover Area School District y otros, Caso n° 04cv2688)